domingo, 26 de octubre de 2008

Crazy Love

I met her when I was 16.
A common "friend" introduced us.
Did she like me?
Yes, she did.
Did I like her?
No, I didn't like her.
I loved her.
It was passion, love at first sight.
She really drove me crazy.
And I didn't know how to live without her.
But the world didn't want that love.
My parents didn't approve of it, so I had to see her secretly.
And when that became impossible, I didn't know what to do.
I wanted her
I needed her
so when I didn't have her,
things really got out of control.
I wrecked the car,
I broke all the doors and windows in my room,
I almost killed my sister.
Why did I do that?
I had a passion for her,
I went crazy when I didn't have her.
Today I'm 45.
I'm a terminally ill patient in a hospital,
and I know I'm going to die pretty soon.
There's no one around me now:
no family, no friends and of course she's not here now.
Did I tell you her name?
Cocaine.
I owe her my love,
my life,
my destruction and my death.

Freddie Mercury escribió lo que acabas de leer poco antes de su muerte en 1991. Lo cierto es que no hay demasiada información acerca de la adicción del vocalista de Queen a la cocaína, quizá no interese darle demasiada cancha a ese tema. Fue la clave de su éxito y la de su destrucción completa.

Locos por el Sur


Muy buena esta foto. Me encanta. Eso que no es mía, es cortesía del periódico (Diario Montañés, por aquello de los derechos de autor tan promovidos en nuestro sistema). Es el típico día de surada. Parece una tontería pero el humor de la gente cambia de manera imprevisible cuando sopla del Sur, nos endemoniamos, la situación de agobio a causa de éste viento se deja ver en las calles, es un ambiente enrarecido. Se acaba la paciencia, los nervios se ponen a flor de piel. Es un fenómeno meteorológico bien conocido en todo el mundo, el efecto Föhn, que no viene a cuento. Paradójicamente nos vuelve locos el Sur: pero si no damos un duro por el Sur, ¿no?

jueves, 23 de octubre de 2008

Spain is different?

España no es como otros países de Europa en muchos aspectos: somos mediterráneos, eso se nota en nuestros hábitos, desde lo que comemos hasta los horarios de actividad en nuestra vida cotidiana. Pero hay cosas que demuestran la perfecta armonía de España y Europa. Y no me refiero sólamente a los vínculos políticos, económicos, sociales... que nadie niega que existen. Hay otro nexo de unión. Y voy a ser un poco cabrón. A todos, los europeos y los no europeos, nos encanta cobrar un sueldo del copón y trabajar más bien poco. Y desgraciadamente nacieron algunas personas cuya única vocación en la vida era ser político, lamentablemente incapaces de desarrollar alguna profesión paralela a la política; por suerte no todos los políticos son así: ¡joder si el sistema funciona en muchos casos, bendita democracia!. Lo cierto es que es un problema enorme: las políticas se atascan porque los dirigentes quieren seguir trabajando cómodamente desde su sillón sin haber opción de que lleguen aires nuevos. Otro tema es el sueldo, del que ya hablaré más adelante. Un tema para escribir largo y tendido y encabronarme con el mundo por los derroches acojonantes de nuestro Estado (no muy diferentes de otros países más típicamente europeos). Lo cierto es que pese a todo vivir en España, y en Europa, está pero que muy bien. España ya no es tan diferente, lo era.

lunes, 20 de octubre de 2008

Adherido a las sábanas

Que nos la pela el Tercer Mundo no es algo nuevo. Nunca ha pintado nada para los países ricos. Pese a que la cosa va mejorando levemente en el sentido de que la conciencia social sobre el asunto es cada vez mayor, la inversión en solidaridad a nivel mundial es insuficiente. Digo esto porque ayer hubo una manifestación contra la pobreza, para recordar a los políticos que pese a la sutiación de crisis no podemos abandonar al inframundo, y sólo fueron 500 personas (es decir, acudió 1 de cada 1000 cántabros). Por tener una referencia, en la manifestación contra el terrorismo del 12 de Marzo de 2004, tras el atentado de Al-Qaeda de Madrid, se manifestaron 85000 personas en Cantabria. Está claro que sólo nos mueve del sofá el sufrimiento de aquellos con los que nos identificamos, si ocurre algo similar en Rwanda o uno de esos países africanos que cambia constantemente de nombre, cambiamos de canal, nos molesta en nuestro cómodo estado emocional. Por cierto, subrayo FUERON, porque yo tampoco acudí a la cita. Y eso que creo en la política y en la acción social para cambiar la realidad. Me siento culpable por ello, pero las sábanas tienden a quedarse adheridas al cuerpo los domingos de resaca. Pero la conciencia colectiva sigue tranquila, pese a la maldita crisis nuestros hábitos tampoco cambian mucho: ¿para qué levantarnos de la cama?

viernes, 17 de octubre de 2008

Derecho a vivir, derecho a morir

La Declaración sobre la eutanasia del Vaticano nos enseña: "...según la doctrina cristiana, el dolor, sobre todo el de los últimos momentos de la vida, asume un significado particular en el plan salvífico de Dios; en efecto, es una participación en la Pasión de Cristo y una unión con el sacrificio redentor que Él ha ofrecido en obediencia a la voluntad del Padre. No debe pues maravillar si algunos cristianos desean moderar el uso de los analgésicos, para aceptar voluntariamente al menos una parte de sus sufrimientos y asociarse así de modo consciente a los sufrimientos de Cristo crucificado".
Me parece muy significativo el hecho de que sea comprensible para la Iglesia que las personas sufran a causa de enfermedades, en especial cuando se encuentran al borde de la muerte. Me hace reflexionar sobre su postura en cuanto a la eutanasia, una palabra que no suena bien, pero que no deja de ser la interrupción VOLUNTARIA de la propia vida. ¿Debemos agachar la cabeza ante los designios de la vida...o de Dios? ¿Es ético prolongar el sufrimiento de enfermos en estado terminal cuando son ellos los que manifiestan su expreso deseo de poner fin a su vida?
Vida, muerte. Dos conceptos íntimamente relacionados: la muerte no deja de ser la última vivencia, el último instante de la vida, la culminación de la existencia. Por tanto si la dignidad es inherente a la vida, más aún debe serlo a la muerte. Sólamente uno mismo puede decidir en qué momento su existencia pasa de ser un derecho a una obligación. Es de todos reconocido el derecho fundamental de toda persona a una vida digna, y su libertad para componer su existencia, tomando las decisiones que la lleven por la senda de la felicidad. Es la hora de que en España y en Europa cambie la legislación en este tema, basta ya de lastres religiosos: los derechos fundamentales son pisoteados. No basta con políticas progresistas, hay que desligar definitivamente la Iglesia del Estado (recordemos la Constitución: "Ninguna confesión tendrá carácter estatal."). Ésto sería una verdadera garantía de libertad para todos los ciudadanos.
¡Derecho a vivir, derecho a morir!


EN EL NOMBRE DE DIOS. AMÉN.

lunes, 13 de octubre de 2008

Declaración de principios

Aún estamos a principios de curso y las buenas intenciones para los próximos meses siguen latentes, entre ellas hacer deporte asiduamente y crear un blog como éste. La idea es ir colgando algunas reflexiones personales, noticias de actualidad...en definitiva ordenar un poco mis pensamientos y abstraerme de vez en cuando escribiendo unos cuantos párrafos. No pretendo para nada que sea un blog político, quiero que sea una herramienta de comunicacion con amigos y desconocidos de la blogosfera, con temas y reflexiones amenas...espero no ser un coñazo y que lo sigáis de vez en cuando. Un saludo